Compartir
Nació a la luz de visionarios que soñaron un futuro promisorio y apostaron a la industria azucarera en la fecunda tierra del Valle de San Francisco.
IMAGEN DEL SANTO PATRONO NUESTRO SEÑOR DE LA BUENA ESPERANZA, EMPLAZADO A LA ENTRADA DEL PUEBLO, A LA VERA DE LA AVENIDA DEL TRABAJO
Dueña de una rica historia, gestada en la mente y en el corazón de grandes visionarios que apostaron a las fértiles tierras del fecundo Valle de San Francisco, la localidad de La Esperanza, celebra hoy, 138 años de su fundación. Es imposible hablar del pueblo, sin hacer lo propio con el emblemático ingenio, porque fue esta incipiente empresa la que dio origen al mismo, ambos crecieron juntos, y ambos, tuvieron épocas de esplendor y de decadencia. A 138 años, allí está el pueblo esperanceño y su viejo ingenio azucarero, que precisamente, próximo a tan cara fecha, culminó la zafra 2020. PLAZA LA MADRE Aquellas manos laboriosas de los primeros habitantes junto a la mirada progresista de los pioneros empresarios, supieron abrir caminos para seguir escribiendo una historia llena de luces y sombras. VISTA DE LA MUNICIPALIDAD Hoy, aquel pueblo, ha dado paso a una próspera localidad, que cuenta con sus instituciones educativas, deportivas, culturales, pero mantiene la impronta de su origen que sigue en pie, en las antiguas construcciones, dueñas de gran belleza arquitectónica. Esperanza, nombre que paradójica mente se ha tenido que sostener en el tiempo, aún en medio de las lágrimas, del dolor, de luchas incansables protagonizadas por hombres y mujeres que hoy, continúan levantando en alto el significado del nombre de su pueblo, que sigue creciendo en sinfonía con el verde mar de sus cañaverales.

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here