Este último martes por la noche, el Escuadrón Antidrogas de Gendarmería allanó cinco objetivos en CABA y General Rodríguez en busca de los sospechosos detrás de la avioneta narco que aterrizó en Puerto Ibicuy, Entre Ríos, el 22 de enero último, cargada con 350 kilos de cocaína.
A bordo viajaba la ex reina de belleza boliviana Jade Callaú. Su novio brasileño era el piloto: ambos terminaron presos, procesados y con un requerimiento de elevación a juicio. Los dueños de la avioneta, al menos en los papeles, dos hermanos peruanos y su padre, fueron identificados luego: dos fueron detenidos, uno de ellos en España, el otro en territorio porteño, procesado por contrabando agravado. El otro sigue prófugo. Tenían un simulador de vuelo completo, instalado en el primer piso de una discoteca.
El análisis forense de los teléfonos fue la clave que permitió al fiscal federal Pedro Rebollo y al auxiliar fiscal Martín Uriona de la PROCUNAR rastrear al resto de la banda. El martes encontraron 49 kilos de cocaína, de los cuales 23 se hallaron en una habitación oculta bajo un piso de cemento en una casa en general Rodríguez.
Cinco sospechosos cayeron en el operativo, entre ellos, Milagros Maribel Moncada, 35 años, con domicilio en Constitución, beneficiaria de un plan para acceder a una garrafa y una Asignación Universal, arrestada en CABA. Según un documento de la causa, Moncada, oriunda de Perú, se presentó en la zona de Puerto Ibicuy el 22 de enero por la noche, no muy lejos de donde aterrizó el avión. Atravesó un control caminero de la Policía entrerriana.
Dos hombres viajaban junto a ella y atravesaron ese control: ambos eludieron a la Justicia y se encuentran prófugos con pedidos de captura internacional en su contra, firmados por el magistrado Hernán Viri. Uno de ellos es Edson Siles; las autoridades presumen que huyó a Bolivia. El otro es el probable capo detrás de la maniobra, o al menos el principal sospechoso.
Su nombre, una novedad para las crónicas narco, es José Alberto García Nazario. Por lo pronto, Nazario es un fantasma.
Nacido en Perú, ex taxista, ex empleado de una gastronómica, tiene un domicilio registrado ante ARCA en Chacarita y dos números de DNI, números 94 y 95 millones respectivamente. No tiene antecedentes penales, al menos según lo que pudo relevar Infobae en registros judiciales: su nombre no aparece en las nóminas de las bandas peruanas que tomaron el poder narco en las villas porteñas en las décadas pasadas, o en condenas de primera o segunda instancia en el fuero federal, de instrucción o en los tribunales en lo penal económico que investigan el contrabando de droga al exterior.
Sin embargo, García Nazario se trasladó a Ibicuy el día del aterrizaje, llamó a Jade y a su novio y preguntó por “su avioneta”.
“En ese orden, se profundizó al respecto de José Alberto García Nazario, sus contactos, sus vinculaciones y sus comunicaciones, así como las de su entorno. Entre sus contactos, se han destacado varias comunicaciones con Milagros Moncada, así como con Ingrid Guzmán León, que estaría en pareja con Luis Rodríguez Alarcón, a quien mencionaban en sus comunicaciones”, asegura un documento de la causa. Moncada, Guzmán y Rodríguez Alarcón fueron detenidos por Gendarmería este martes, tras un pedido de Rebollo y Uriona.
El número de IMEI del teléfono de García Nazario permitió seguirle el rastro.
El 18 de agosto, de acuerdo a escuchas del caso, coordinó una entrega de dinero con Moncada en la esquina de Corrientes y Castelli. Las cámaras de monitoreo del CMU del Gobierno porteño siguieron ese encuentro. Así, detectaron el auto del supuesto capo, un Renault Clío. La titular de la patente del auto era, precisamente, la madre de Milagros.
Fue seguido a lo largo de los días. Lo vieron en las inmediaciones del Consulado del Perú, en un estacionamiento del Abasto, de donde salió al volante de una Volkswagen Amarok. Descubrieron que había cambiado de línea. Su nuevo celular impactó en las inmediaciones de un country de General Rodríguez. Lo fueron a buscar; para ese entonces, ya se había ido.
Para ese entonces, ya habían detectado lo que parecía ser su domicilio, un departamento en la calle Corrientes al 3500. Encontraron su Renault Clío estacionado en la calle. Allí, le ocultaron un GPS al auto para seguirlo aún mejor. Tres días antes, lo habían visto en un supuesto pasamanos de bochitas de cocaína. Encontraron su descarte dealer en un contenedor de basura de la cuadra, una mochila con retazos de plástico manchados de droga.
Sin embargo, cuando fueron a arrestarlo este martes a la calle Corrientes, el taxista ya no estaba allí.
Ahora, ¿qué mercado alimentaba la banda de la avioneta? Los investigadores sospechan que son mayoristas de la droga en CABA. Todavía no se les encontraron lazos con pesados de asentamientos como la Villa 1-11-14. Sin embargo, 350 kilos en una avioneta y casi 50 en stock es muchísima droga. Para la Justicia federal, la banda tendría, tranquilamente, la capacidad de exportar al exterior, dadas su infraestructura y las conexiones internacionales de sus miembros. La avioneta Cessna, registrada en el Aeródromo de General Rodríguez, por ejemplo, provenía de Bolivia.
“Esta es una operación internacional, como mínimo”, asegura una fuente clave en el expediente: “Se profundizaron las líneas desde enero y se llegó a estos arrestos”.
Sin embargo, Nazario no es el final de la línea. Habría, se cree, un capo superior, todavía desconocido. “¿Cuán capo es? De 1 a 10, un 7″, responde la misma fuente.