La tensión se hizo palpable en Old Trafford tras el enfrentamiento entre Mason Mount y Enzo Fernández, quienes protagonizaron una disputa acalorada durante y después del encuentro entre el Manchester United y el Chelsea por la Premier League. La rivalidad entre ambos futbolistas quedó en evidencia con varios roces verbales y físicos que involucraron a otros jugadores de ambos equipos y requirieron la intervención de compañeros para evitar que la situación escalara.
El partido, jugado en Manchester, concluyó con victoria para el local por 2-1, resultado obtenido gracias a los goles de Bruno Fernandes y Casemiro. La expulsión temprana del portero Robert Sánchez marcó el desarrollo del encuentro, dejando al Chelsea con un jugador menos desde los primeros minutos. Esta circunstancia les permitió a los locales dominar gran parte del juego, aunque la atención se centró rápidamente en las fricciones personales que surgieron en el terreno de juego.
Durante la segunda mitad, la disputa entre el campeón del mundo con Argentina y los jugadores del United se intensificó. El ex medio del Benfica, fichado por el club londinense por 144 millones de dólares, sostuvo continuos encontronazos, primero con Luke Shaw y, especialmente, con Mount, quien había sido parte de la plantilla del Chelsea antes de su llegada al United. The Sun informó que la tensión entre ambos jugadores data de la temporada anterior, cuando ya habían intercambiado reproches y gestos en partidos jugados en Stamford Bridge.
El encuentro en Old Trafford reavivó una animosidad latente. Mount, de 26 años, ingresó en el minuto 69 como reemplazo, mientras Fernández, de 24, disputó el partido completo. Al final del juego, cámaras de aficionados captaron cómo, tras el silbatazo, ambos futbolistas se buscaron en el campo para intercambiar palabras y empujones, provocando la rápida intervención de otros jugadores que intentaron separarlos. Testigos del incidente aseguraron que la conversación se mantuvo en tono elevado, acompañada de gestos que reflejaban la tensión acumulada durante el partido.
El ambiente marcado por roces personales afectó el ritmo de la segunda parte, con múltiples interrupciones por faltas y discusiones en medio de una lucha constante por el dominio de la posesión. El encuentro no solo estuvo condicionado por la inferioridad numérica del Chelsea, sino también por la falta de claridad ofensiva tras la salida de Cole Palmer por molestias físicas y la reestructuración del esquema tras la expulsión de su arquero titular.
El Manchester United, bajo la dirección técnica de Rúben Amorim, sumó con este triunfo su segunda victoria en la Premier League, ubicándose en la mitad superior de la tabla y quedando a solo un punto del Chelsea. Por su parte, la derrota volvió a evidenciar problemas estructurales en el conjunto de Enzo Maresca.
El primer gol del United llegó a los 15 minutos, tras una jugada colectiva bien resuelta por Bruno Fernandes al aprovechar una peinada de Diallo. El segundo tanto local surgió en un tiro de esquina donde Casemiro remató de cabeza en el área chica, ampliando la ventaja antes del descanso. La expulsión de Casemiro en el segundo tiempo igualó por algunos minutos la cantidad de jugadores, pero el Chelsea solo logró descontar tras un córner, con un cabezazo de Chalobah que significó el único disparo claro al arco rival.
Mientras el United logró sostener el resultado en los minutos finales y sumar puntos valiosos, en el Chelsea persisten dudas sobre la capacidad del equipo para revertir dinámicas negativas tanto en lo deportivo como en lo disciplinario. El club londinense queda a siete unidades del Liverpool, líder invicto del torneo.