Roberto y Néstor Suárez vivían juntos en la finca La Unión

El juicio por el doble homicidio de los hermanos Roberto y Néstor Suárez, ocurrido en febrero del año pasado en una finca de Coronel Moldes, comenzó este martes en Salta. Las víctimas, de 70 y 73 años, fueron asesinados a golpes y puñaladas en medio de un robo ejecutado por un familiar.

Durante la primera jornada, los acusados M. J. S. —hijo de una de las víctimas— y J. M. H. decidieron no prestar declaración ante el tribunal. Ambos enfrentan cargos por homicidio calificado por vínculo, criminis causa y alevosía, a partir de las pruebas reunidas en la etapa de investigación.

El proceso llevado a cabo en el Tribunal de la Sala II del Crimen se inició con la lectura del requerimiento de elevación a juicio elaborado por el fiscal penal 2 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas (UGAP), Gabriel González, quien representa al Ministerio Público Fiscal en la causa.

De acuerdo con lo informado por el organismo público, se registró el testimonio de dos efectivos policiales. El primero relató los detalles acerca del hallazgo de un Renault Clío que pertenecía a una de las víctimas y que había sido abandonado en la zona de El Carril.

El segundo testigo, un oficial de la Unidad de Investigación de UGAP, expuso las tareas realizadas durante la investigación que incluyeron el relevamiento de testigos, análisis de cámaras de seguridad y comunicaciones telefónicas, entre otras pistas y corroboraciones que permitieron situar a los acusados en los lugares investigados durante y después del crimen.

El hecho ocurrió en febrero de 2024

El doble homicidio de los hermanos Suárez

El hecho juzgado ocurrió el 16 de febrero de 2024, cuando los adultos fueron hallados sin vida en la finca La Unión, donde residían juntos en Coronel Moldes. Todo se inició a partir del llamado de un vecino al 911 reportando la presencia de un automóvil sospechoso —el Renault Clío— abandonado en El Carril, desde hacía “un par de días”. Estaba en el ingreso al paraje El Mollar.

“Cuando empezamos a trabajar para encontrar a los propietarios, nos damos cuenta de que estaban desaparecidos o que no se los veía hacía dos días aproximadamente”, indicó el jefe del Departamento de Prensa y Difusión de la Policía de Salta, Miguel Velardez.

Luego de una intensa búsqueda y al no poder dar con su paradero, los agentes contactaron a los familiares directos, quienes permitieron el ingreso a la casa por la parte trasera. Al entrar, hallaron a una de las víctimas tendida entre la cocina y el comedor, con evidentes lesiones en la cabeza y una importante cantidad de sangre. El otro hermano fue encontrado en uno de los dormitorios, también con signos de haber sido agredido.

Las pericias médicas constataron golpes en la cabeza en ambas víctimas y, en el caso de una, la presencia de una esposa en la muñeca. Entre los datos, se mencionó que los hombres realizaban ventas de lotes y mantenían sumas de dinero en la vivienda, lo que motivó a los agresores de 22 y 26 años a cometer el crimen.

La principal hipótesis que dirigió la investigación, bajo la coordinación del fiscal Gabriel González y con la intervención del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), fue que se trató de un doble homicidio en ocasión de robo.

La detención de los jóvenes se logró luego de analizar registros de comunicaciones, imágenes de cámaras de seguridad que los mostraban en el lugar del hecho el día del ataque. Según la acusación a la que hizo mención El Tribuno, planearon el ataque con el fin de robar dinero y objetos de valor de la vivienda familiar.

Primero, compartieron un almuerzo con las víctimas y, al finalizar, llevaron a uno de los hombres engañado hasta un lavadero. Allí lo redujeron, lo esposaron y golpearon, exigiéndole información sobre una supuesta caja fuerte. Ante su resistencia, lo apuñalaron en el rostro y el cuello. Minutos después, atacaron de igual manera al otro hermano. Ambos murieron por shock hipovolémico a causa de las heridas provocadas.

Después del hecho, los responsables recorrieron cada ambiente de la casa y tomaron dinero en efectivo, dólares, documentos y pertenencias. Reunieron en una bolsa los objetos involucrados en el ataque con el fin de borrar pruebas y se retiraron del lugar utilizando el automóvil de las víctimas que posteriormente abandonaron.