La nena de diez años, que sufrió graves heridas tras la explosión de un experimento en la feria de ciencias de una escuela en Pergamino, recibió el alta médica después de veinte días de internación. Aunque la menor fue dada de alta del Hospital Garrahan, deberá continuar su tratamiento de forma ambulatoria en la Ciudad de Buenos Aires.

El accidente que puso en riesgo la vida de la niña ocurrió el 9 de octubre en el Instituto Comercial Rancagua, ubicado a quince kilómetros de la localidad bonaerense. Todo se desencadenó durante una demostración estudiantil coordinada por un profesor de Física y Química, cuando uno de los grupos intentó recrear la erupción de un volcán.

En ese momento, el experimento se descontroló cuando las llamas se propagaron con rapidez y una explosión destruyó la estructura. Fue así que la alumna de cuarto grado de la Escuela Primaria N° 59 de Fontezuela, se encontraba en la primera fila y recibió el impacto directo en el rostro.

El estallido le provocó un traumatismo craneofacial severo, debido a que un fragmento metálico ingresó por el maxilar superior y quedó alojado a tan solo dos milímetros de la arteria carótida, lo que representó un riesgo vital inmediato.

La menor estuvo un total de 20 días internada, tras haber sufrido varias lesiones de gravedad

Inicialmente, la niña había sido atendida en el Hospital San José de Pergamino, pero la gravedad de sus lesiones motivó su traslado en helicóptero sanitario al Hospital Garrahan, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí, fue sometida a una intervención quirúrgica el 10 de octubre por un equipo multidisciplinario y, según confirmaron fuentes médicas, volvió a ser operada el domingo 12.

Durante tres semanas permaneció internada en la unidad de cuidados intensivos, para luego pasar al área de Cuidados Intermedios y Moderados, donde continuó su recuperación acompañada por sus padres. Según la información publicada por La Opinión, la evolución es favorable, por lo que los médicos dispusieron que siga bajo controles periódicos mientras completa su rehabilitación fuera del hospital.

Los detalles de la explosión

El incidente, que fue registrado en video por un teléfono móvil, mostró cómo la demostración, que pretendía ilustrar una reacción química controlada, terminó por generar una explosión de gran intensidad, similar al estallido de un artefacto de pirotecnia.

La detonación dispersó fragmentos de metal y restos del montaje, que actuaron como esquirlas y alcanzaron a numerosos asistentes ubicados cerca de la mesa de trabajo. Instantes previos al accidente, una estudiante del colegio explicó ante el público la composición interna del volcán artificial: “En la parte de adentro tiene dos tubos de metal, en esos tubos lo que vamos a mezclar es azufre picado, con carbón picado y también una sal especial”.

Así, la alumna añadió: “Esta combinación va a formar la pólvora que lo que va a hacer es lo que va a explotar”. Durante la exposición, la joven detalló el proceso de preparación, el tiempo dedicado al armado y el esmero en la manipulación de los componentes, antes de presentar el dispositivo listo para la prueba.

En ese momento, una docente intervino brevemente y consultó: “Lo hacemos erupcionar”, lo que generó expectativa entre los asistentes segundos antes de que la estudiante activara la reacción. Tras la explosión, se desató el pánico y la desorientación entre niños y adultos.

Después de que ocurriera el hecho, una madre relató: “Fue un estruendo tremendo, todos empezaron a gritar, había chicos con la cara ensangrentada y padres que no sabían qué hacer”. Los testimonios recogidos describieron una escena de gritos, llantos y confusión generalizada, mientras varios niños sufrían cortes y quemaduras.

El personal sanitario y ambulancias llegaron de inmediato al establecimiento para asistir a los lesionados y organizar los traslados necesarios, ya que la magnitud del episodio exigía atención especializada y derivaciones urgentes para algunos de los afectados. El resto de los heridos presentaron lesiones de diversa consideración, incluidas quemaduras superficiales y laceraciones que no pusieron en riesgo la vida de otros asistentes.

La investigación penal quedó a cargo de Fernando Pertierra, fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N° 1, quien ordenó la realización de peritajes técnicos a cargo de especialistas en explosivos, Bomberos y la división Científica de la policía provincial, con el objetivo de esclarecer la secuencia de hechos y determinar posibles negligencias en la organización o ejecución del experimento.