
El 25 de diciembre, personas de todo el mundo celebran la Navidad para conmemorar el nacimiento de Jesús. Esta festividad se vive en ciudades y pueblos con decoraciones, reuniones familiares y una atmósfera de recogimiento.
Las costumbres asociadas pueden variar según el país, pero comparten símbolos como el árbol de Navidad y la figura de Papá Noel. La fecha se consolidó como una de las más relevantes del calendario, fusionando ritos religiosos con expresiones culturales y sociales.
En la actualidad, la Navidad representa una mezcla de elementos cristianos y laicos que se integran en celebraciones familiares y sociales. A lo largo del tiempo, las tradiciones y costumbres asociadas evolucionaron gracias a la influencia de distintas comunidades e intercambios culturales. Estas manifestaciones le otorgaron a esta celebridad su lugar como un acontecimiento central en la vida de millones, más allá del ámbito estrictamente religioso.
La evolución de la Navidad revela un proceso complejo, donde la conmemoración del nacimiento de Jesús fue adquiriendo símbolos y rituales procedentes de diversas culturas.
Los relatos evangélicos describen el nacimiento de Jesús y su significado espiritual para los cristianos, pero no especifican la fecha exacta del evento.

Orígenes, símbolos y expansión de la celebración
De acuerdo a National Geographic, los evangelios cristianos relatan la historia de María y José, quienes llegaron a Belén en cumplimiento de un censo. La falta de alojamiento los llevó a refugiarse en un establo, donde nació Jesús. Aunque los textos sagrados no indican el día exacto, la tradición cristiana fijó la fecha el 25 de diciembre en el siglo IV, coincidiendo con antiguas festividades invernales como Saturnalia, de la antigua Roma.
A lo largo de la historia, diversas culturas celebraron festividades en torno al solsticio de invierno. El festival germánico de Yule y los rituales celtas con velas, acebo y muérdago se integraron progresivamente a la festividad navideña.
Las fiestas en la Edad Media duraban hasta doce días, e incluían banquetes, obras de teatro y música festiva. Monarcas como Enrique III organizaron celebraciones con abundantes manjares, y las universidades elegían “Reyes de la Navidad” para presidir las festividades.
Uno de los íconos más universales de la Navidad es el árbol adornado. Según historiadores citados por National Geographic, la costumbre se originó en Alemania, donde se decoraban árboles en interiores con velas y regalos. Esta tradición se popularizó gracias a la familia real británica de origen alemán.
En ese sentido, en el siglo XIX, el árbol de Navidad se expandió por Europa y América, convirtiéndose en parte esencial de la decoración navideña.

El personaje de Papá Noel, o Santa Claus, tiene su origen en San Nicolás, un obispo griego del siglo III reconocido por su generosidad. A través de los siglos, adoptó características de distintas tradiciones europeas, hasta consolidar el aspecto actual: un hombre con barba blanca, atuendo rojo y una bolsa de regalos.
La obra de autores estadounidenses y la difusión de ilustraciones de Thomas Nast fortalecieron el imaginario global en torno a Papá Noel. Grandes almacenes y centros comerciales adoptaron la figura para animar sus campañas de Navidad en el siglo XX.
Las luces de Navidad se derivan de la antigua costumbre de colocar velas en los árboles, tradición alemana que evolucionó con la invención de las bombillas eléctricas. Thomas Edison y su socio Edward H. Johnson fueron pioneros en la implementación de luces eléctricas en árboles navideños en el siglo XIX.
La Navidad también está marcada por la comida típica y el intercambio de regalos. En tanto, las tarjetas navideñas y el papel de regalo surgieron como innovaciones comerciales que fortalecieron los componentes simbólicos de la festividad.

Sin embargo, la Navidad no estuvo exenta de controversias. Según investigaciones citadas por National Geographic, en el siglo XVII los puritanos intentaron prohibir la celebración en Inglaterra y en algunas colonias estadounidenses, al considerarla excesivamente festiva. Estados Unidos declaró la Navidad como feriado nacional en 1870, gracias a la influencia multicultural y la consolidación del sentido familiar tras la Guerra Civil.
En años recientes, la festividad adoptó un perfil más comercial y laico en muchos países. Según encuestas de Gallup, nueve de cada diez estadounidenses celebran la Navidad actualmente, pero solo un tercio le otorga un significado encuadrado en lo religioso.
Expertos entrevistados por National Geographic consideran que el carácter híbrido de la celebración se ha afirmado, permitiendo a la Navidad mantener su vigencia e impacto en diferentes sociedades.
La Navidad, con su mezcla de tradiciones religiosas y festivales seculares, persiste como un fenómeno cultural universal y en constante evolución. Su historia refleja la capacidad de adaptación y síntesis de las costumbres humanas, donde símbolos, rituales y valores encuentran un punto de encuentro cada mes de diciembre.



