El impacto de la crecida del río Carcarañá obligó a Vialidad Nacional a mantener el cierre total de la RN 1V09 (ex RN 9) en el tramo comprendido entre Carcarañá y Correa, provincia de Santa Fe, con la intención de relevar los daños que habría sufrido infraestructura vial al haber estado cubierta de agua por varios días. La medida afectará a todos los tipos de vehículos, incluidas motos, bicicletas y peatones.
Luego de que confirmaran que hubo un descenso en el nivel de agua, las autoridades constataron que hubo erosiones en el talud de la ruta y en los laterales de los estribos del puente durante las primeras inspecciones que realizaron en el área.
La situación motivó la decisión de mantener la interrupción del tránsito, mientras se espera que haya una mayor disminución del nivel del río para poder avanzar con un análisis detallado de la condición estructural del puente.
Según la información publicada por Cadena 3, Vialidad Nacional inició con el acopio de materiales y la preparación de equipos, con el objetivo de comenzar las tareas de reparación tan pronto como las condiciones del río lo permitan. En estas acciones, la Municipalidad de Carcarañá colaboró activamente en el monitoreo y el apoyo logístico.
“Para evaluar los daños que ha producido la inundación hay que esperar que baje el agua”, explicó la ingeniera civil Stella Coller, de acuerdo con las declaraciones recopiladas por Rosario 3. Asimismo, señalaron que se habían identificado pozos y roturas en tramos de la ruta.
Por el momento, indicó que “lo que se ve ahora es que la mayoría del agua está pasando por detrás del estribo”, al hacer referencia a las vigas que soportan el tablero del puente. No obstante, no descartó que hubiera mayores destrozos.
A partir de las imágenes captadas en los últimos días, la ingeniera advirtió que la socavación causada por la velocidad y el caudal del agua podría requerir intervenciones de mayor envergadura, especialmente porque la situación se ha prolongado durante varios días.
También señaló la posibilidad de que objetos arrastrados por la corriente generen “un endicamiento aún peor y un esfuerzo sobre el tablero del puente”, lo que podría provocar “un desplazamiento perpendicular a la traza”. Frente a este panorama, Coller remarcó que “no hay otra manera que esperar que el agua baje“.
Así afectó la crecida del río Carcarañá a varias localidades de Santa Fe
Tras el temporal de Santa Rosa, el caudal del río alcanzó en la estación telemétrica próxima a Arteaga y Cruz Alta un pico de 8,12 metros, lo que equivale a 800 metros cúbicos por segundo, según informó la Secretaría de Recursos Hídricos de la provincia de Santa Fe.
El flujo de agua se desplazó hacia el este, por lo que durante la mañana del miércoles, en Pueblo Andino el río alcanzó los 9 metros, quedando a solo 50 centímetros de la calzada del puente sobre la ruta provincial 10. Aunque las autoridades comunales y los Bomberos Voluntarios previeron que el pico podría alcanzar los 10 metros, no se ordenaron evacuaciones preventivas.
El más afectado fue el barrio Los Formoseños, en donde el agua ingresó en las viviendas de unas 100 familias, que estarían compuestas por aproximadamente 340 personas. A raíz de esto, el municipio coordinó evacuaciones y habilitó el Parque Sarmiento como refugio, aunque muchas personas se resistieron a abandonar sus hogares.
La situación fue especialmente delicada en Carcarañá, ubicada en el departamento San Lorenzo, ya que el puente de la vieja ruta 9 permanece cerrado al tránsito desde el lunes debido al desborde del río. Frente a esto, la secretaria de Gobierno municipal, Mariela Coy, señaló que no representaría un peligro inmediato, por lo que la interrupción podría prolongarse entre 20 y 30 días.
El monitoreo se extendió a otras localidades como Correa y Villa La Ribera. En Correa, las familias afectadas fueron trasladadas a refugios temporales, mientras que en Villa La Ribera se registró el ingreso de agua en varias viviendas de zonas bajas.
En la localidad de La Chispa, dentro del departamento General López, las lluvias intensas obligaron a evacuar preventivamente a 22 personas. Aunque el agua no ingresó en los hogares, todas las calles permanecen anegadas y la circulación resulta casi imposible. Asimismo, en Timbúes dos familias debieron ser evacuadas y alojadas en espacios preparados para la emergencia.
La crisis también se hizo sentir en María Teresa, donde la tormenta dejó más de 300 milímetros de agua en menos de 24 horas y afectó al 85 % de las viviendas, tanto por la precipitación directa como por el escurrimiento de campos cercanos. Las clases fueron suspendidas y se conformó un Comité de Crisis para coordinar la asistencia y el reacondicionamiento.