
El Senado volverá a debatir hoy sobre los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), tras el proyecto que la Cámara alta aprobó semanas atrás y Diputados devolvió con modificaciones. Lo hará en un momento delicado, tras la mini movilización que agitó ayer el principal gremio del Congreso, APL, para blindar a una histórica funcionaria del riñón del jefe del sindicato en cuestión, Norberto Di Próspero, que pasó de acordar recategorizaciones con Victoria Villarruel y varios bloques a pintarse la cara y amenazar con llegar al “recinto” en los próximos días.
DNU
A principios de septiembre último, una envalentonada oposición metió 56 voluntades -sobrados dos tercios- para avanzar con una iniciativa que impone que los DNU pasarán a tener un plazo de 90 días de corrido para ser aprobados sin excepción y “con mayoría absoluta” por Diputados y el Senado. En la actualidad, si ambas Cámaras no lo voltean -sin registro de tiempo-, los mismos siguen en curso. Además, el texto incorpora que, ante la votación negativa de un solo Cuerpo, también caerían, salvo los derechos adquiridos durante el potencial y corto tiempo de vida.
La yapa del proyecto es que cada decreto deberá referirse a un área en particular, con el fin de evitar una ensalada de temas. En resumen, una más que tardía restricción a la ley que impulsó Cristina Kirchner como senadora en 2006 y que fue usufructuada por todas las administraciones. Según la oposición, Javier Milei abusó de la metodología y ahora, a casi 20 años de uso y en un rapto de razón, hay una demanda para revisarla con premura.
Quien intenta colgarse la medalla de esta mini batalla contra el Ejecutivo es la peronista disidente y titular de la comisión de Asuntos Constitucionales, la otrora aliada libertaria Alejandra Vigo (Córdoba), de Provincias Unidas. La primera vez que se trató la iniciativa, su trámite fue exprés.
¿Qué pasó en Diputados? No llegó a la mayoría absoluta el artículo de los 90 días. Como ahora es avalar ese cambio o insistir con la versión original, los senadores irían por la segunda opción para firmar despacho y dejar todo preparado para sesionar. Ante una hipotética sanción, la Casa Rosada podrá vetar la ley. Y, en un escenario de insistencia -dos tercios-, ya habrá un Congreso reconfigurado con los ingresantes de diciembre. Es decir, quedaría trunca la expedición.
Más allá de las opciones a ocurrir en el corto plazo, primero hay que conseguir el dictamen y después ir al recinto. También hay un inconveniente allí, entre la agenda de la oposición, las intenciones del oficialismo -hacer nada- y las de la propia Villarruel.
Guerra
Infobae que contó que el clima interno del Senado volvió a acercarse a la ebullición, luego de semanas de tranquilidad entre Villarruel, el gremio y los legisladores, quienes venían de pactar un lote de recategorizaciones sin nombres ni número de legajos, entre otras cosas. La causa tiene nombre y apellido: Mónica Nieto, histórica directora de Personal, una butaca llena de secretos y nervios sensibles. Hasta lograron que Di Próspero -compañero de lista de Cristina Kirchner en el PJ- apareciera un lunes al mediodía, en un pasillo interno del Palacio Legislativo, para anunciar que si la gestión libertaria no hace “por única vez un análisis político de lo que está pasando hoy acá”, y si “si se mantienen con la posición que tienen, en la próxima, estamos en el recinto”.

Por fuera de los aplausos en videos que circularon ayer aguardan centenares de trabajadores del Congreso sin padrino o madrina. A éstos no arribaron nunca las mejoras, aunque anoche circulaba la idea de un formulario para que haya evaluaciones, caso por caso. Para los que ya ganaron, mirada hacia un costado y pasado pisado. También buceó la versión de un supuesto ofrecimiento a Nieto para que continuara en una flamante subdirección, ya que Villarruel dinamitó un puñado de estructuras y creó otras nuevas días atrás, sin contemplar a la mimada por APL. Las fuentes deslizaron “fuertes aprietes”.
Siempre es llamativo -aunque no sorprendente- que algunas de estas peripecias también incluyen a Diputados, que no publica nada y parece blindado desde el siglo anterior, con un más que generoso silencio sobre su actual titular, Martín Menem. Ejemplo: en la web de la Cámara baja no se puede hallar el decreto presidencial 1 de 2024 y la última decisión administrativa -caja- data de 2022, según la revisión que realizó ayer este medio. Di Próspero prefiere pelearle a Villarruel, que desde al menos un año hace agua en lo político y comunicacional. La conformación del 10-12 vendrá por el resto de lo que le queda y por ello la preocupación, con Patricia Bullrich y la Casa Rosada al frente de esa misión.
		


